lunes, 29 de agosto de 2011

Shot literario: Ser infeliz (Cuento por Franz Kafka)






Ser infeliz
[Cuento: Texto completo]

Franz Kafka
Cuando ya eso se había vuelto insoportable -una vez al atardecer, en noviembre-, y yo me deslizaba sobre la estrecha alfombra de mi pieza como en una pista, estremecido por el aspecto de la calle iluminada, me di vuelta otra vez, y en lo hondo de la pieza, en el fondo del espejo, encontré no obstante un nuevo objetivo, y grité, solamente por oír el grito al que nada responde y al que tampoco nada le sustrae la fuerza de grito, que por lo tanto sube sin contrapeso y no puede cesar aunque enmudezca; entonces desde la pared se abrió la puerta hacia afuera así de rápido porque la prisa era, ciertamente, necesaria, e incluso vi los caballos de los coches abajo, en el pavimento, se levantaron como potros que, habiendo expuesto los cuellos al enemigo, se hubiesen enfurecido en la batalla.

Cual pequeño fantasma, corrió una niña desde el pasillo completamente oscuro, en el que todavía no alumbraba la lámpara, y se quedó en puntas de pie sobre una tabla del piso, la cual se balanceaba levemente encandilada en seguida por la penumbra de la pieza, quiso ocultar rápidamente la cara entre las manos, pero de repente se calmó al mirar hacia la ventana, ante cuya cruz el vaho de la calle se inmovilizó por fin bajo la oscuridad. Apoyando el codo en la pared de la pieza, se quedó erguida ante la puerta abierta y dejó que la corriente de aire que venía de afuera se moviese a lo largo de las articulaciones de los pies, también del cuello, también de las sienes. Miré un poco en esa dirección, después dije: "buenas tardes", y tomé mi chaqueta de la pantalla de la estufa, porque no quería estarme allí parado, así, a medio vestir. Durante un ratito mantuve la boca abierta para que la excitación me abandonase por la boca. Tenía la saliva pesada; en la cara me temblaban las pestañas. No me faltaba sino justamente esta visita, esperada por cierto. La niña estaba todavía parada contra la pared en el mismo lugar; apretaba la mano derecha contra aquélla, y, con las mejillas encendidas, no le molestaba que la pared pintada de blanco fuese ásperamente granulada y raspase las puntas de sus dedos. Le dije:

-¿Es a mí realmente a quien quiere ver? ¿No es una equivocación? Nada más fácil que equivocarse en esta enorme casa. Yo me llamo así y asá; vivo en el tercer piso. ¿Soy entonces yo a quien usted desea visitar?

-¡Calma, calma! -dijo la niña por sobre el hombro-; ya todo está bien.

-Entonces entre más en la pieza. Yo querría cerrar la puerta.

-Acabo justamente de cerrar la puerta. No se moleste. Por sobre todo, tranquilícese.

-¡Ni hablar de molestias! Pero en este corredor vive un montón de gente. Naturalmente todos son conocidos míos. La mayoría viene ahora de sus ocupaciones. Si oyen hablar en una pieza creen simplemente tener el derecho de abrir y mirar qué pasa. Ya ocurrió una vez. Esta gente ya ha terminado su trabajo diario; ¿a quién soportarían en su provisoria libertad nocturna? Por lo demás, usted también ya lo sabe. Déjeme cerrar la puerta.

-¿Pero qué ocurre? ¿Qué le pasa? Por mí, puede entrar toda la casa. Y le recuerdo; ya he cerrado la puerta; créalo. ¿Solamente usted puede cerrar las puertas?

-Está bien, entonces. Más no quiero. De ninguna manera tendría que haber cerrado con la llave. Y ahora, ya que está aquí, póngase cómoda; usted es mi huésped. Tenga plena confianza en mí. Lo único importante es que no tema ponerse a sus anchas. No la obligaré a quedarse ni a irse. ¿Es que hace falta decírselo? ¿Tan mal me conoce?

-No. En realidad no tendría que haberlo dicho. Más todavía: no debería haberlo dicho. Soy una niña; ¿por qué molestarse tanto por mí?

-¡No es para tanto! Naturalmente, una niña. Pero tampoco es usted tan pequeña. Ya está bien crecidita. Si fuese una chica no habría podido encerrarse, así no más, conmigo en una pieza.

-Por eso no tenemos que preocuparnos. Solamente quería decir: no me sirve de mucho conocerle tan bien; sólo le ahorra a usted el esfuerzo de fingir un poco ante mí. De todos modos, no me venga con cumplidos. Dejemos eso, se lo pido, dejémoslo. Y a esto hay que agregar que no lo conozco en cualquier lugar y siempre, y de ninguna manera en esta oscuridad. Sería mucho mejor que encendiese la luz. No. Mejor no. De todos modos, seguiré teniendo en cuenta que ya me ha amenazado.

-¿Cómo? ¿Yo la amenacé? ¡Pero por favor! ¡Estoy tan contento de que por fin esté aquí! Digo "por fin" porque ya es tan tarde. No puedo entender por qué vino tan tarde. Además es posible que por la alegría haya hablado tan incongruentemente, y que usted lo haya interpretado justamente de esa manera. Concedo diez veces que he hablado así. Sí. La amenacé con todo lo que quiera. Una cosa: por el amor de Dios, ¡no discutamos! ¿Pero, cómo pudo creerlo? ¿Cómo pudo ofenderme así? ¿Por qué quiere arruinarme a la fuerza este pequeño momentito de presencia suya aquí? Un extraño sería más complaciente que usted.

-Lo creo. Eso no fue ninguna genialidad. Por naturaleza estoy tan cerca de usted cuanto un extraño pueda complacerle. También usted lo sabe. ¿A qué entonces esa tristeza? Diga mejor que está haciendo teatro y me voy al instante.

-¿Así? ¿También esto se atreve a decirme? Usted es un poco audaz. ¡En definitiva está en mi pieza! Se frota los dedos como loca en mi pared. ¡Mi pieza, mi pared! Además, lo que dice es ridículo, no sólo insolente. Dice que su naturaleza la fuerza a hablarme de esta forma. Su naturaleza es la mía, y si yo por naturaleza me comporto amablemente con usted, tampoco usted tiene derecho a obrar de otra manera.

-¿Es esto amable?

-Hablo de antes.

-¿Sabe usted cómo seré después?

-Nada sé yo.

Y me dirigí a la mesa de luz, en la que encendí una vela. Por aquel entonces no tenía en mi pieza luz eléctrica ni gas. Después me senté un rato a la mesa, hasta que también de eso me cansé. Me puse el sobretodo; tomé el sombrero que estaba en el sofá, y de un soplo apagué la vela. Al salir me tropecé con la pata de un sillón. En la escalera me encontré con un inquilino del mismo piso.

-¿Ya sale usted otra vez, bandido? -preguntó, descansando sobre sus piernas bien abiertas sobre dos escalones.

-¿Qué puedo hacer? -dije-. Acabo de recibir a un fantasma en mi pieza.

-Lo dice con el mismo descontento que si hubiese encontrado un pelo en la sopa.

-Usted bromea. Pero tenga en cuenta que un fantasma es un fantasma.

-Muy cierto: ¿pero cómo, si uno no cree absolutamente en fantasmas?

-¡Ajá! ¿Es que piensa usted que yo creo en fantasmas? ¿Pero de qué me sirve este no creer?

-Muy simple. Lo que debe hacer es no tener más miedo si un fantasma viene realmente a su pieza.

-Sí. Pero es que ése es el miedo secundario. El verdadero miedo es el miedo a la causa de la aparición. Y este miedo permanece, y lo tengo en gran forma dentro de mí.

De pura nerviosidad, empecé a registrar todos mis bolsillos.

-Ya que no tiene miedo de la aparición como tal, habría debido preguntarle tranquilamente por la causa de su venida.

-Evidentemente, usted todavía nunca ha hablado con fantasmas; jamás se puede obtener de ellos una información clara. Eso es un de aquí para allá. Estos fantasmas parecen dudar más que nosotros de su existencia, cosa que por lo demás, dada su fragilidad, no es de extrañar.

-Pero yo he oído decir que se les puede seducir.

-En ese punto está bien informado. Se puede. ¿Pero quién lo va a hacer?

-¿Por qué no? Si es un fantasma femenino, por ejemplo -dijo, y subió otro escalón.

-¡Ah, sí...! -dije-, pero aún así no vale la pena. Recapacité.

Mi vecino estaba ya tan alto que para verme tenía que agacharse por debajo de una arcada de la escalera.

-Pero no obstante -grité-, si usted ahí arriba me quita mi fantasma, rompemos relaciones para siempre.

-¡Pero si fue solamente una broma! -dijo, y retiró la cabeza.

-Entonces está bien -dije.

Y ahora sí que, a decir verdad, podría haber salido tranquilamente a pasear; pero como me sentí tan desolado preferí subir, y me eché a dormir.


tomado de:
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/euro/kafka/infeliz.htm

viernes, 26 de agosto de 2011

Argo-Artística: Jean-Michel Basquiat (Untitled painting)

JEAN MICHEL-BASQUIATS




Untitled painting








Te doy una canción: James Blake (Limit to your love)




JAMES BLAKE



 There's a limit to your love.




There’s a limit to your love
Like a waterfall in slow motion
Like a map with no ocean
There’s a limit to your love
Your love, your love, your love
There’s a limit to you care
So carelessly there, is it truth or dare
There’s a limit to your care
There’s a limit to your love
Like a waterfall in slow motion
Like a map with no ocean
There’s a limit to your love
Your love, your love, your love
There’s a limit to you care
So carelessly there, is it truth or dare
There’s a limit to your care

*






RESEÑA DEL ARTISTA:


Con un poco más de veinte años de edad, una voz sensacional y una fachada de popstar, James Blake podría haber audicionado en “The X Factor”. Pero no lo hizo. Aunque se crió en una modélica familia británica e incursionó en la música desde las lecciones de piano que comenzó a tomar en su adolescencia, decidió salirse del camino tradicional y se aventuró a sumergirse en la escena del dubstep en busca de un elemento exótico para su concepto de canción pop melancólica y confesional —heredado de su padre, un cantautor que en estos momentos prefiere mantenerse en el anonimato—. Muy irónicamente ante sus deseos de no ser mainstream, hoy se consagra como uno de los intérpretes revelación de su país en 2011, y aquel género conoce su mayor exposición desde sus orígenes en los oscuros antros londinenses.
Blake no deja de mencionar su escasa ortodoxia con éste. Se lo debe a esa casi “aleatoria” combinación que da origen a su sonido característico, el que los críticos frecuentemente clasifican como “post-dubstep”; y lo manifiesta con otras actitudes: aunque trabajó codo a codo con DJs y productores de la escena —por ejemplo, es conocida su admiración por Jamie xx, el responsable de las percusiones en The xx— ha dejado en claro que odia los remixes, ya que considera que son una “prostitución musical”, y que su práctica es “cínica” y “vacía”.
En James Blake, su álbum debut (sucesor de los EPs The Bell Sketch, CMYK y Klavierwerke, que se lanzaron en 2010 y fueron su primer acercamiento con la prensa especializada), encontramos once pistas que brillan como proezas de la experimentación. Construidas sobre acordes de piano que esbozan canciones soul, éstas siempre destacan en primer lugar la voz de James, la cual siempre está desbordando en tensión, jugando con el auto-tune de manera desmedida, o haciendo ambas cosas, como en el tema apertura, “Unluck”.
El elemento electrónico es omnipotente: pone beats de bajos estremecedores, desequilibra estructuras, acribilla a samples y, lo más importante, hace que todo ello tenga un énfasis dramático de una manera indescriptible, algo que su repertorio no podría conseguir valiéndose de sus letras, que son bastante simples y literales (“mi hermano y mi hermana no me hablan/pero no los culpo” es lo único que se oye en “I Never Learnt To Share”).
8/10
Durante toda su duración, el disco se turna entre momentos difíciles (como el minimalismo extremo de “Lindesfarne I”, una introducción al más cálido “Lindesfarne II”), momentos accesibles (como el cover de Feist “Limit To Your Love” o “The Wilhelm Scream”, casualmente ambos fueron elegidos para sencillos), pero, después de una buena cantidad de escuchas pacientes, descubrimos que funciona como un reloj. Sólo el tiempo nos dirá si nos encontramos ante un genio musical o un suertudo con una fórmula que perderá su gracia en el siguiente intento.



(http://cucharasonica.com/2011/03/resena-james-blake-james-blake)

Las horas (Poema; Allan Corvis)




Las horas





Las horas  que fueron delicias,
Vuelan y van
Emigran ya, a praderas más felices
corazones más jóvenes donde aún late
La melodía dulce de la pasión,
Los vientos, Las aromas exquisitas
De los cuerpos aun impolutos del tiempo
Vuelan ya sobre nuestras cabezas,
Que evocan, Como deseando
Como blasfemando del presente.
Por los Ingratos tiempos Que ardieron
Dejando solo la memoria dulce
en el paladar de nuestras almas.


Corvis. 2011

domingo, 7 de agosto de 2011

Argo-Artística: Alfred Sisley "La nieve en Louveciennes"


La nieve sobre Louveciennes


 Fecha:1878 

 Características:61 x 50 cm. 


 Material:Oleo sobre lienzo 
 Estilo:Impresionismo




Este es un hermoso paisaje invernal. Descrito, tal vez sugerido apenas por un maestro impresionista. La nieve implacable y la presencia humana desafiante ante el rigor de la creación. El hombre lejos, el silencio, el frio. Es un cuadro introspectivo. Más que un paisaja natural, es un mapa mental, un alegoría de la nostalgia del artista.





ALFRED SISLEY



Biografía del pintor Alfred Sisley
Nieve en Louveciennes (1878). Alfred Sisley
El pintor impresionista Alfred Sisley, nació el 30 de octubre de 1839 en París, aunque era hijo de padres ingleses. El padre tenía un próspero negocio de comercio y envió a Alfred a los 18 años a Londres para estudiar economía y continuar así con el negocio familiar. Durante su estancia, Sisley mostró un gran interés por el arte y conoció las obras de John Constable, Richard Bonnington y William Turner.
Su padre supo ver el talento del hijo y le apoyó para que iniciase su aprendizaje artístico. En 1862 regresó a París e ingresó en el taller de dibujo y de pintura de Gleyre, donde conoció a Claude Monet y Pierre Auguste Renoir. Después, abandonaron el taller y fueron a las afueras de París para pintar al aire libre. El objetivo era conseguir una representación espontánea y directa, centrándose en los efectos que produce la luz natural sobre los objetos.
Sisley se dedicó en especial al paisaje, que será su temática preferida. Estudió en repetidas ocasiones el mismo paisaje con condiciones climatológicas diversas, intentando captar los efectos atmosféricos.
Iglesia de Moret. Alfred Sisley
En 1870, durante la guerra Franco-Prusiana, Sisley, al igual que Monet y Pissarro, emigró a Londres. Tras la guerra, su familia quedó arruinada y desde entonces, la vida del artista se caracterizará por la penuria económica. Se trasladó a vivir a Marly y Louveciennes, en las inmediaciones de París, interesándose por los paisajes parisinos.
El periodo comprendido entre 1872 y 1880 es el más destacado de su producción. Sus pinturas reproducen las luces en diferentes momentos del día, el cielo, la nieve, la niebla y los reflejos y transparencias del agua.
Participó en la primera exposición de los impresionistas celebrada en 1874 y lo continuó haciendo en 1876, 1877 y 1882. Nunca alcanzó el renombre de la mayor parte de sus compañeros impresionistas, pero ha sido considerado, junto a Monet, como uno de los impresionistas más puros.
Principales obras de Alfred Sisley
Inundación en Port-Marly (1876)
Esta localidad, Marly-le-Roi, donde Sisley residió un tiempo, sufrió en el año 1876 unas fuertes inundaciones. El artista las representó en cuatro de sus lienzos.
Inundación en Port-Marly (1876) . Alfred Sisley
En esta escena, el agua ya ha sido retirada casi al completo, pero Sisley reproduce los reflejos de la casa de la izquierda y los árboles de la derecha sobre el agua. Consigue crea una atmósfera transparente mediante el empleo de una pincelada diluida.
Nieve en Louveciennes (1878)
Esta pintura Sisley retrata una nevada. Transmite la sensación de quietud y serenidad que dejan las fuertes nevadas en los paisajes rurales empleando una paleta de tonos grises para el cielo y de blancos para la nieve.
Meandro en el río Loing. Verano, (1896)
Meandro en el río Loing. Verano estudia las orillas del río Loing. 
En primer plano aparece el meandro, con una vegetación poco densa y una figura humana, mientras que en la zona más alejada se concentra la zona boscosa.
Claro de un bosque (1895)
El lienzo es un estudio del paisaje rural. Se observa en la parte izquierda un camino y a la derecha, un trigal segado, un caballo, una carreta y los almiares.
La escena reproduce una jornada de trabajo bajo el sol de mediodía. En primer plano se encuentra una campesina con el rastrillo en la mano, descansando en la sombra de los árboles.
Otras obras del pintor son La barca durante la inundación (1873), Las regatas (1874) o Una tarde en Moret, final de octubre (1888).






Whispers (By: Ambrose D'argé)


Whispers


Se abrió la mañana en flor
regálale al mundo
tus ojos bellos;
ábrelos al sol.
Sonríe,
derrámate en el aire
como perfume vital.

Camina por esta tierra
obséquiate al cielo
siémbrate en la tierra,
sé semilla,
sé bosques,
sé madera;
engalana la primavera con tu presencia.

Vive...
regálame a mí
el milagro de tu existencia.



Corvis 2011.

lunes, 1 de agosto de 2011

Corazón animal (Poemario por Allan Corvis) Parte VI







CORAZÓN ANIMAL

Alan Corvis.






Hay días en que somos tan móviles, tan móviles,
como las leves briznas al viento y al azar...
P.B. Jacob










Prólogo:

   
La colección de versos "Corazón animal" se fue formando de poemas de las más diversas temáticas. Poemas entera y estrictamente emotivos, sin un objeto determinado en común. Un collage de sensaciones, experiencias vitales, reflexiones personales que han ido quedando plasmadas en mis líneas. Autobiográficos algunos, irreales otros,  no obstante, todos sinceros, fieles a las impresiones que acudían raudas a mi mente, o al corazón. En ese proceso de escritura, que inició de manera, digamos, más o menos formal, cuando tenía 18 años (hoy cuento con 26) y que doy por culminado a la fecha, fui fiel a "imprimir" las líneas que iban acudiendo a la mano, sin mayor proceso de edición, sin mayor proceso de raciocinio. Otros en cambio son fruto de procesos reflexivos que no quiero calificar de profundos, pero sí por lo menos de concienzudos.

Son versos bastante sencillos, con un lenguaje asequible, y mínimo. Sin mayores sofisticaciones, artificios o recursos, poemas sin mayores pretensiones.

Creo que este blog constituye el medio más adecuado y preciso para poder compartir este poemario con las personas que se toman el trabajo de leerme, precisamente por la libertad que implica no tener el control de lo que se escribe una vez publicado en este formato digital, que nos permite además, de la forma mas impune, seguir editando ilimitadamente, aun después de publicar.

Soy un amante de la naturaleza, admirador de la perfección de la creación, y en resumen, un hombre espiritual. Hay que ver la potencia del latir del corazón del caballo, después de correr a campo abierto, sin mas límite que su propio cuerpo. Hay que ver el latido impresionante del colibrí en su aletear, cuyo corazón, siempre a punto de estallar, sostiene esa maravillosa criatura, en un hermoso equilibrio entre una máquina perfecta y un ser viviente. Cuando escribí algunos de estos poemas, a veces el corazón se quería salir del pecho de emoción,  al permitir que las teclas hablaran por sí solas, y yo ser, en el proceso de la creación literaria, solo una impresora humana, un medio entre la creación que reposa en la mente, y el mundo exterior. El título de la obra se encuentra inspirado, en buena parte, en la observación de la magnificencia y perfección de este órgano; y por otra parte, en el poema de Barba Jacob, "canción de la vida profunda", que habla de lo cambiante que pueden llegar a ser las emociones en nuestro corazón.

El poemario está compuesto de seis partes, donde fueron agrupados cronológicamente los poemas desde los mas básicos y primeros (escritos desde hace aprox. 8 años), hasta los más recientes (escritos en 2011). Iré publicando una a una las partes que lo contienen hasta su totalidad.

sin más, sean bienvenidos.

Alan Corvis.




 PARTE
(VI)
 FINAL










1.       

En medio de mi afán más piadoso
perdí el fuego consumidor.
Mis ánimos de madera.
Perdí el poder tiránico
de someter palabras y formas
al más apacible y silencioso de los besos.

Hablemos el idioma de los labios,
dejemos sentada en un rincón
la falsa prudencia
que son los amores mascarados.


2.       

Mi pensamiento es,
de la noche de ilusiones
la aurora.

Sombra blanca atada a mis pasos

Mi pensamiento es mi único espejo.
El espejo filosófico
de mi propia verdad.

*

No tengo un mejor reflejo, que el del espejo de tus ojos. 


Ningún cristal me observa con tanta benevolencia

3.       

Me gusta crearte
a fuerza de palabras.
sembrarte
diseminarte
entre las torpes líneas negras.
Modelarte en arcilla de adjetivos.

Así te hice.
Buena y sumisa,
del tamaño de mis deseos.
Pero tú escapaste rebelde-del-papel
y entonces fuiste tu propio verso.



4.       

Se levantó temprano
a beber ese mal café, desecho
del comercio exterior.
Se bebe el amargo placer
de suponerse echado de menos
de esperarse endechado.
Se relame los labios de inquietud.
juguetea con la idea
como el leoncillo con su presa ya vencida.
Observa entonces la manzana-salida-de-laberinto,
y la muerde.



5.                   

El títere.


Mi imposibilidad es mía.
No es tuya
mi imposibilidad.

Es verme atado
por manos oscuras
a los hilos de lo elevado,
manos
que me impiden galopar
hasta el horizonte hermoso
de tu cabello y el cielo.


6.                   

Te supe demasiado joven
cuando enrojeció la forma social,
y temí desafiar la espada amenazante
que son las miradas feroces
de los testigos-jueces.
Pero tú,
envuelta en tu blanca belleza
andando en la sencillez de tu respirar,
sin temer letras escarlatas
ni hogueras,
me fulminaste finalmente el temor
con un par de heréticas miradas.




7.       

La autopista florida.

Hay veces que este viejo corazón
me pesa más que los pies
y me impide transitar alegremente
por la autopista florida de una realidad
inconcebible, hasta justo antes de ti.

Y entonces
sólo preciso la sombra de tu cintura
figurando en mi suelo
y tus manos amasándome los sueños
para seguir caminando por la vida
tarareando esta canción.

Ah!
Entonces sé lo que es volar
me embriago de ti
y de la sustancia clara y dulce que son tus cabellos,
que galopan como un caballo negro en su pradera de cielo
frente al viento que llega y te envuelve
en un imposible abrazo.

No preciso más que ello.
Más que tu presencia silente
la certeza de tus carnes
y esa explosión magnífica que es tu cuerpo.

¿Qué más necesito
Para llegar al cabo de esa autopista Florida?
¿y entonces abrazar como a una mujer
mi voluptuosa felicidad?




8.                                           

No me mires tan fijamente,
no sea, pueda suceder algo,
como encontrarme un buen día en tus pupilas,
y perderme en sus senderos de madera y de nubes.

No me mires tan fijamente,
no me distraigas el alma de este campo de girasoles,
fue la cosa más hermosa que pude ver en toda la vida.

No me mires tan fijamente
¿no ves que mi poesía se disuelve
entre estériles líneas de rosa y papel?
que se aligeran mis versos,
conforme me pierdo en tus espejos,
me libero del escrito
y vuelvo feliz a la realidad
de tu piel y tu voz,
de tus manos de vainilla
y de tus besos,
que son caminos no andados.


9.       

¿No lo comprendes?
no quiero devorarme tu inocencia.
No quiero tragarme de un bocado
esa deliciosa manzana.
Extiéndela sobre nosotros,
que nos alcance a cubrir a los dos,
y calentémonos entonces
en esta noche oscura y fría
mientras observamos desde nuestro refugio
como se devoran en la batalla feroz de la vida,
las hienas y los chacales.


10.                                       

No soy un “yo”
soy un “nosotros”.
Sombra, carne, reflejos.
Microcosmos silente
que bulle armonioso
en su caos de relojería vital.

Mi corazón no me pregunta
si deseo que lata o no,
marca implacable mi cuenta regresiva
mientras no me doy cuenta
de estarme yendo
así, de a pocos.
Mis ojos no se resisten
a abrirme cada mañana
las ventanas de la luz.

Soy un ser que es muchos.
Obreros industriosos
que trabajan arduos,
no aceptando más opción
que luchar por esa irrupción
en la inercia del “no ser”.

Yo, no soy un “yo”
somos un nosotros
que clamamos no ser escuchados
trenzados en este dialogo
de latidos, suspiros y luz.
Yo soy mi sombra
mi reflejo en los cristales,
mi carne
y mi voz.



11.   


Inevitable


Inevitable, es ver tu espalda
como el último acto
del triste rito de la despedida.

Te alejas, y me regalas
instantes de tu cuerpo,
como un último resquicio,
como un pequeño tributo
que pagas, a mi necesidad de ti.

Y tu cabello,
 leve indicio
de un sentimiento oculto que te embarga,
se arrastra tardío hasta ti,
hacia ese camino que no deseas emprender.
Este sentimiento, poderoso, sutil,
y que apenas puedo percibir
acusado en el rictus amargo de tu boca                              (tantas veces besada)
te amarra a esta habitación,
por las cadenas de la costumbre,
del deseo,
o del amor.



12.   

La beauté


Oh!
eres hermosa querida
dolorosamente bella
pero un día tendrás que morir.

Amor mío
un día morirás.
Un día te mirarás en el espejo
y verás los colgajos de tu piel
vencidos por el tiempo y por la vida.
Eres tan hermosa hoy
como quisieras recordarte siempre,
pero en el último día
incluso tú, hermosa criatura
habrás de entregar tu cuerpo a la carroña, y al olvido.

Entonces
¿dónde quedaran tus dientes diáfanos, y
tu cabello rozagante?
¿ese animal con vida propia?
¿dónde quedará tu altivez,
y ese orgullo felino,
cuando los años te tengan vencida
contra las cuerdas de un penoso presente
y la sombra ya lejana
de tus más dorados recuerdos?

Solo recuerdos.
Y la vida,
siempre tan frívola y esquiva,
te habrá jugado
la más terrible de las bromas.
Te habrás sabido
tan solo por un instante,
joven y bella.


13.   

Rosetta.


Tu corazón 
mi piedra de rossetta,
de lengua ignota,
ancestral,
impenetrable.

Préstame tus ojos
tus lentes de ver el mundo,
permíteme leerte,
ya te sabré llegar
y hablaremos juntos, el mismo idioma…
ese primitivo lenguaje del silencio.


14.   

GEMINIS

No es amor, ni odio,
este odio con que te amo.

Es desear
ver
volar
caminar de tu mano sabiéndonos lejos.

La sonrisa perfecta nunca dada
el beso adeudado nunca fue más real
que ahora
después del tiempo
de las aves
y del viento.

Ese odio Delicioso
tan punzante y cálido.
Te fue suficiente ver mi rostro
para olvidar tu dolor
ese día en que brillaron los rostros
y nació la esperanza y voló
y la acariciamos tan felices e inocentes.

Lames la hoja
amas el puñal
acaricias al verdugo.
Eres mi villana,
yo tu dios.