lunes, 1 de agosto de 2011

Corazón animal (Poemario por Allan Corvis) Parte VI







CORAZÓN ANIMAL

Alan Corvis.






Hay días en que somos tan móviles, tan móviles,
como las leves briznas al viento y al azar...
P.B. Jacob










Prólogo:

   
La colección de versos "Corazón animal" se fue formando de poemas de las más diversas temáticas. Poemas entera y estrictamente emotivos, sin un objeto determinado en común. Un collage de sensaciones, experiencias vitales, reflexiones personales que han ido quedando plasmadas en mis líneas. Autobiográficos algunos, irreales otros,  no obstante, todos sinceros, fieles a las impresiones que acudían raudas a mi mente, o al corazón. En ese proceso de escritura, que inició de manera, digamos, más o menos formal, cuando tenía 18 años (hoy cuento con 26) y que doy por culminado a la fecha, fui fiel a "imprimir" las líneas que iban acudiendo a la mano, sin mayor proceso de edición, sin mayor proceso de raciocinio. Otros en cambio son fruto de procesos reflexivos que no quiero calificar de profundos, pero sí por lo menos de concienzudos.

Son versos bastante sencillos, con un lenguaje asequible, y mínimo. Sin mayores sofisticaciones, artificios o recursos, poemas sin mayores pretensiones.

Creo que este blog constituye el medio más adecuado y preciso para poder compartir este poemario con las personas que se toman el trabajo de leerme, precisamente por la libertad que implica no tener el control de lo que se escribe una vez publicado en este formato digital, que nos permite además, de la forma mas impune, seguir editando ilimitadamente, aun después de publicar.

Soy un amante de la naturaleza, admirador de la perfección de la creación, y en resumen, un hombre espiritual. Hay que ver la potencia del latir del corazón del caballo, después de correr a campo abierto, sin mas límite que su propio cuerpo. Hay que ver el latido impresionante del colibrí en su aletear, cuyo corazón, siempre a punto de estallar, sostiene esa maravillosa criatura, en un hermoso equilibrio entre una máquina perfecta y un ser viviente. Cuando escribí algunos de estos poemas, a veces el corazón se quería salir del pecho de emoción,  al permitir que las teclas hablaran por sí solas, y yo ser, en el proceso de la creación literaria, solo una impresora humana, un medio entre la creación que reposa en la mente, y el mundo exterior. El título de la obra se encuentra inspirado, en buena parte, en la observación de la magnificencia y perfección de este órgano; y por otra parte, en el poema de Barba Jacob, "canción de la vida profunda", que habla de lo cambiante que pueden llegar a ser las emociones en nuestro corazón.

El poemario está compuesto de seis partes, donde fueron agrupados cronológicamente los poemas desde los mas básicos y primeros (escritos desde hace aprox. 8 años), hasta los más recientes (escritos en 2011). Iré publicando una a una las partes que lo contienen hasta su totalidad.

sin más, sean bienvenidos.

Alan Corvis.




 PARTE
(VI)
 FINAL










1.       

En medio de mi afán más piadoso
perdí el fuego consumidor.
Mis ánimos de madera.
Perdí el poder tiránico
de someter palabras y formas
al más apacible y silencioso de los besos.

Hablemos el idioma de los labios,
dejemos sentada en un rincón
la falsa prudencia
que son los amores mascarados.


2.       

Mi pensamiento es,
de la noche de ilusiones
la aurora.

Sombra blanca atada a mis pasos

Mi pensamiento es mi único espejo.
El espejo filosófico
de mi propia verdad.

*

No tengo un mejor reflejo, que el del espejo de tus ojos. 


Ningún cristal me observa con tanta benevolencia

3.       

Me gusta crearte
a fuerza de palabras.
sembrarte
diseminarte
entre las torpes líneas negras.
Modelarte en arcilla de adjetivos.

Así te hice.
Buena y sumisa,
del tamaño de mis deseos.
Pero tú escapaste rebelde-del-papel
y entonces fuiste tu propio verso.



4.       

Se levantó temprano
a beber ese mal café, desecho
del comercio exterior.
Se bebe el amargo placer
de suponerse echado de menos
de esperarse endechado.
Se relame los labios de inquietud.
juguetea con la idea
como el leoncillo con su presa ya vencida.
Observa entonces la manzana-salida-de-laberinto,
y la muerde.



5.                   

El títere.


Mi imposibilidad es mía.
No es tuya
mi imposibilidad.

Es verme atado
por manos oscuras
a los hilos de lo elevado,
manos
que me impiden galopar
hasta el horizonte hermoso
de tu cabello y el cielo.


6.                   

Te supe demasiado joven
cuando enrojeció la forma social,
y temí desafiar la espada amenazante
que son las miradas feroces
de los testigos-jueces.
Pero tú,
envuelta en tu blanca belleza
andando en la sencillez de tu respirar,
sin temer letras escarlatas
ni hogueras,
me fulminaste finalmente el temor
con un par de heréticas miradas.




7.       

La autopista florida.

Hay veces que este viejo corazón
me pesa más que los pies
y me impide transitar alegremente
por la autopista florida de una realidad
inconcebible, hasta justo antes de ti.

Y entonces
sólo preciso la sombra de tu cintura
figurando en mi suelo
y tus manos amasándome los sueños
para seguir caminando por la vida
tarareando esta canción.

Ah!
Entonces sé lo que es volar
me embriago de ti
y de la sustancia clara y dulce que son tus cabellos,
que galopan como un caballo negro en su pradera de cielo
frente al viento que llega y te envuelve
en un imposible abrazo.

No preciso más que ello.
Más que tu presencia silente
la certeza de tus carnes
y esa explosión magnífica que es tu cuerpo.

¿Qué más necesito
Para llegar al cabo de esa autopista Florida?
¿y entonces abrazar como a una mujer
mi voluptuosa felicidad?




8.                                           

No me mires tan fijamente,
no sea, pueda suceder algo,
como encontrarme un buen día en tus pupilas,
y perderme en sus senderos de madera y de nubes.

No me mires tan fijamente,
no me distraigas el alma de este campo de girasoles,
fue la cosa más hermosa que pude ver en toda la vida.

No me mires tan fijamente
¿no ves que mi poesía se disuelve
entre estériles líneas de rosa y papel?
que se aligeran mis versos,
conforme me pierdo en tus espejos,
me libero del escrito
y vuelvo feliz a la realidad
de tu piel y tu voz,
de tus manos de vainilla
y de tus besos,
que son caminos no andados.


9.       

¿No lo comprendes?
no quiero devorarme tu inocencia.
No quiero tragarme de un bocado
esa deliciosa manzana.
Extiéndela sobre nosotros,
que nos alcance a cubrir a los dos,
y calentémonos entonces
en esta noche oscura y fría
mientras observamos desde nuestro refugio
como se devoran en la batalla feroz de la vida,
las hienas y los chacales.


10.                                       

No soy un “yo”
soy un “nosotros”.
Sombra, carne, reflejos.
Microcosmos silente
que bulle armonioso
en su caos de relojería vital.

Mi corazón no me pregunta
si deseo que lata o no,
marca implacable mi cuenta regresiva
mientras no me doy cuenta
de estarme yendo
así, de a pocos.
Mis ojos no se resisten
a abrirme cada mañana
las ventanas de la luz.

Soy un ser que es muchos.
Obreros industriosos
que trabajan arduos,
no aceptando más opción
que luchar por esa irrupción
en la inercia del “no ser”.

Yo, no soy un “yo”
somos un nosotros
que clamamos no ser escuchados
trenzados en este dialogo
de latidos, suspiros y luz.
Yo soy mi sombra
mi reflejo en los cristales,
mi carne
y mi voz.



11.   


Inevitable


Inevitable, es ver tu espalda
como el último acto
del triste rito de la despedida.

Te alejas, y me regalas
instantes de tu cuerpo,
como un último resquicio,
como un pequeño tributo
que pagas, a mi necesidad de ti.

Y tu cabello,
 leve indicio
de un sentimiento oculto que te embarga,
se arrastra tardío hasta ti,
hacia ese camino que no deseas emprender.
Este sentimiento, poderoso, sutil,
y que apenas puedo percibir
acusado en el rictus amargo de tu boca                              (tantas veces besada)
te amarra a esta habitación,
por las cadenas de la costumbre,
del deseo,
o del amor.



12.   

La beauté


Oh!
eres hermosa querida
dolorosamente bella
pero un día tendrás que morir.

Amor mío
un día morirás.
Un día te mirarás en el espejo
y verás los colgajos de tu piel
vencidos por el tiempo y por la vida.
Eres tan hermosa hoy
como quisieras recordarte siempre,
pero en el último día
incluso tú, hermosa criatura
habrás de entregar tu cuerpo a la carroña, y al olvido.

Entonces
¿dónde quedaran tus dientes diáfanos, y
tu cabello rozagante?
¿ese animal con vida propia?
¿dónde quedará tu altivez,
y ese orgullo felino,
cuando los años te tengan vencida
contra las cuerdas de un penoso presente
y la sombra ya lejana
de tus más dorados recuerdos?

Solo recuerdos.
Y la vida,
siempre tan frívola y esquiva,
te habrá jugado
la más terrible de las bromas.
Te habrás sabido
tan solo por un instante,
joven y bella.


13.   

Rosetta.


Tu corazón 
mi piedra de rossetta,
de lengua ignota,
ancestral,
impenetrable.

Préstame tus ojos
tus lentes de ver el mundo,
permíteme leerte,
ya te sabré llegar
y hablaremos juntos, el mismo idioma…
ese primitivo lenguaje del silencio.


14.   

GEMINIS

No es amor, ni odio,
este odio con que te amo.

Es desear
ver
volar
caminar de tu mano sabiéndonos lejos.

La sonrisa perfecta nunca dada
el beso adeudado nunca fue más real
que ahora
después del tiempo
de las aves
y del viento.

Ese odio Delicioso
tan punzante y cálido.
Te fue suficiente ver mi rostro
para olvidar tu dolor
ese día en que brillaron los rostros
y nació la esperanza y voló
y la acariciamos tan felices e inocentes.

Lames la hoja
amas el puñal
acaricias al verdugo.
Eres mi villana,
yo tu dios.





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