lunes, 11 de abril de 2011

Corazón animal (Poemario. Por Allan Corvis)








CORAZON ANIMAL
Alan Corvis.






Hay días en que somos tan móviles, tan móviles,
como las leves briznas al viento y al azar...
P.B.Jacob










Prólogo:


   La colección de versos "Corazón animal" se fue formando de poemas de las más diversas temáticas. Poemas entera y estrictamente emotivos, sin un objeto determinado en común. Un collage de sensaciones, experiencias vitales, reflexiones personales que han ido quedando plasmadas en mis líneas. Autobiográficos algunos, irreales otros,  no obstante, todos sinceros, fieles a las impresiones que acudían raudas a mi mente, o al corazón. En ese proceso de escritura, que inició de manera, digamos, más o menos formal, cuando tenía 18 años (hoy cuento con 26) y que doy por culminado a la fecha, fui fiel a "imprimir" las líneas que iban acudiendo a la mano, sin mayor proceso de edición, sin mayor proceso de raciocinio. Otros en cambio son fruto de procesos reflexivos que no quiero calificar de profundos, pero sí por lo menos de concienzudos.

Son versos bastante sencillos, con un lenguaje asequible, y mínimo. Sin mayores sofisticaciones, artificios o recursos, poemas sin mayores pretensiones.

Creo que este blog constituye el medio más adecuado y preciso para poder compartir este poemario con las personas que se toman el trabajo de leerme, precisamente por la libertad que implica no tener el control de lo que se escribe una vez publicado en este formato digital, que nos permite además, de la forma mas impune, seguir editando ilimitadamente, aun después de publicar.

Soy un amante de la naturaleza, admirador de la perfección de la creación, y en resumen, un hombre espiritual. Hay que ver la potencia del latir del corazón del caballo, despues de correr a campo abierto, sin mas límite que su propio cuerpo. Hay que ver el latido impresionante del colibrí en su aletear, cuyo corazón, siempre a punto de estallar, sostiene esa maravillosa criatura, en un hermoso equilibrio entre una máquina perfecta y un ser viviente. Cuando escribí algunos de estos poemas, a veces el corazón se quería salir del pecho de emoción,  al permitir que las teclas hablaran por sí solas, y yo ser, en el proceso de la creación literaria, solo una impresora humana, un medio entre la creación que reposa en la mente, y el mundo exterior. El título de la obra se encuentra inspirado, en buena parte, en la observación de la magnificencia y perfección de este órgano; y por otra parte, en el poema de Barba Jacob, "canción de la vida profunda", que habla de lo cambiante que pueden llegar a ser las emociones en nuestro corazón.

El poemario está compuesto de seis partes, donde fueron agrupados cronológicamente los poemas desde los mas básicos y primeros (escritos desde hace aprox. 8 años), hasta los más recientes (escritos en 2011). Iré publicando una a una las partes que lo contienen hasta su totalidad.

sin más, agradezco tu interés.

Alan Corvis.




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PARTE 

(I)


(Primeros versos)







1.                   

Entras soberana y altiva dentro de mí.
como Dios en sus dominios.
Luego sales sin avisar
dejándolo todo
en el más terrible desorden.

Y luego yo
debo reconstruirme pieza por pieza
con paciencia, laboriosidad.
Aguardo trémulo el instante
en que habrás de regresar,
desatándolo todo de nuevo.

Soy para ti
habitación de puertas abiertas,
o sin puertas quizás.
Débil,
vulnerable a tu presencia tiránica
 que temo.








2.       

Te llevo impresa en mi mente
como labrada en acero.
Te llevo tan adentro
que un suspiro triste
de este corazón cansado,
pasa rozando de lado
tu espacio dentro de mí.








3.                   

De mañana muy temprano,
Te engalanas de primavera.
De joyas luces
Tus mejores estrellas.

Luego te miro
Y Sonríes,
Y  tu sonrisa hermosa
Lo ilumina todo.

Y si me besas
El roce de tus labios
Me sobrecoge
Me devuelve el alma
Me recuerda que aun vivo.

Y si me miras
Ese fulgor divino
Etéreo, perfecto, indeleble
Espanta con su fulgor la penumbra
Que es mi existencia

Me olvido de mi mismo,
Y soy feliz. 







4.       
Ahora serás mi maestra,
yo seré tu aprendiz.
Mi tarea será aprenderte toda.
Memorizar tu voz, tus ojos, tu sonrisa.
Recluirte para siempre
en los calabozos de la memoria,
recrearte una y mil veces
y engañar así
al corazón en tu ausencia.








5.       

No eras  tú el corazón,
aunque soberbiamente latieras,
no llegaste a ser primavera
aunque sublime
te abrieras en flor.

Fuiste ilusión.
Niebla fría en la mañana,
que la luz del sol esfumó.







6.       

Eres ser delicado.
Como una flor
de carne, huesos y fuego





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