jueves, 11 de marzo de 2010

La hipocresía de la sociedad occidental.



Nuestra sociedad funciona de este modo:
En términos generales se cree en Dios, en Jesucristo, y en la biblia como la palabra de Dios. Es un hecho aceptado. Luego entonces lo ateo o lo agnóstico, no vende, es rechazado, marginado a la mejor forma inquisitorial. Pero también es claro que no se es consecuente con lo que se cree.
Observemos. Vivimos en la sociedad occidental, abanderada de la libertad, el libre pensamiento, el racionalismo, los derechos humanos y del Dios de Abraham y Moisés. No obstante todos estos arquetipos en los que se ha fundamentado esta extraña civilización son abandonados por esta misma en el plano de lo fáctico. Las naciones occidentales en nombre de causas tan etéreas como la libertad, o como la defensa de los derechos humanos, han cometido los crímenes más horrendos de la historia de la humanidad. Y no hablemos de Dios. Cuyo nombre ha sido históricamente manipulado para justificar otras de las peores infamias de nuestra avanzada cultura.
Entonces, creemos en Dios o no?
Por eso el nombre de este ensayo. Hipocresía. Se cree, pero no se aplica, se predica pero no se está del todo convencido. Se quiere vivir bajo  parámetros auto impuestos, a pesar de abandonar los preceptos que implican el hecho de creer en Dios. En Colombia por ejemplo, es muy políticamente correcto creer en Dios. Pero los cristianos evangélicos, son mirados con desconfianza. Es cultural e intelectualmente heroico no creer en Dios, sin embargo, en el fondo aun persiste la duda sobre no creer. En Colombia se es políticamente correcto al ser católico. Pero en Estados Unidos por ejemplo, lo es más el ser protestante.
Yo creo que es necesario hacer un examen crítico y serio de la forma en que estamos llevando nuestra espiritualidad, tal vez estemos incurriendo en la más terrible inconsecuencia.

Después seguiremos reflexionando.

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