lunes, 30 de mayo de 2011

Salmo I (Por Ambrose D'argé)






Salmo I
Ambrose D'argé


Escuché la voz de la muerte y no temí
vi las fauces abiertas del averno
y mi corazón se afirmó en Jehová
y no perecí en el desierto
no sufrí ni sed ni hambre
en el lugar de muerte y sequedad
porque mis huesos sostuviste en fortaleza
y mi voz, y mi rodilla no flaquearon
al hablar de tu misericordia y de tu amor

y vi al justo que perseveró en tu palabra
y luchó de tu mano
y al final glorificó tu nombre aun en su escasez.
Y vi tu misericordia en el corazón de mi prójimo
que se condolió de mi dolor y me tendió la mano

y bebí de tu paz,
y no tuve mas sed
y comí de tu amor y de tu palabra
y mi cuerpo resistió
y aun hoy
en la abundancia
te bendecirá mi alma oh Jehová!
porque mis ojos te vieron
en mi camino
ya como nube en el sol de medio dia
ya como columna de fuego en mi noche oscura
estuviste en mi camino
y te apiadaste de mis pasos
me tendiste la mano poderosa y no caí.

Y vi aun amor en tu pueblo
en quienes no conocían tu nombre
y supe de tu amor generoso
que cae como lluvia fresca en verano
sobre quienes guardan tu amor
y tu mandato, y aun sobre el injusto.
Vi amor en el alma del impío
y te pude ver,
vi misericordia en la mano del poderoso
y del corrupto
y glorifiqué tu nombre
pues te supe allí.
Exaltado sea tu nombre
y tu amor y misericordia sean siempre
tan comunales y buenos
como el primer día
así sea el último
honraré a Jehová con mi vida
y a El entregaré mis pasos
cuando se acabe mi camino
y rinda cuentas al creador.
Alabaré aun ese día a Jehová
que es mi Señor.

Amen.








D'argé 2011





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